Hoy cumplo años. Tengo una fuerte gripa y el panorama alrededor es “griposo”….. he pasado momentos donde era tal la oscuridad, que la real presencia de Dios Padre me ayudaba a imaginarme la luz…..
Miro hacia atrás y veo unos logros maravillosos…. resultado de unas experiencias tan enormes, situaciones muy adversas,….. logros imperceptibles para muchos, por lo pequeñitos… pero como los diamantes, pequeñitos, con un brillo y valor intrínseco muy alto.
Me siento muy satisfecha de tener la capacidad de sonreir, de amar, de llorar de risa! a pesar de las tormentas y gran desolación que estas han dejado a su paso.
Me siento satisfecha de poder decir desde mi corazón "te quiero" tanto a aquellos con quien he fluido en la vida, como también a aquellos por quien me he sentido agredida. De sentir preocupación cuando sé que sufren o están enfermos. Y al mismo tiempo mantener la prudente distancia que resulta del amor sano para conmigo misma. Amor balanceado que permite querer a la distancia.
Me siento satisfecha de ver la barca de mi vida, percibida por muchos, amada por tantos, envidiada y temida por otros, ….unas velas remendadas una y mil veces, por las embestidas de unas feroces tormentas, ….. pero a pesar que no brillan ni se ven relucientes como nuevas, tan maravillosas que una vez remendadas por enésima vez tienen la picardia, capacidad e intención de salir a navegar al mar de la vida en profundidad.
Un buen amigo me hizo reflexionar acerca de la dimensión del dolor y de ahí se inspiro esta reflexión…. Gracias Padre por esta aventura de vida!!!!
